miércoles, 8 de diciembre de 2010

Manifiesto del partido comunista

Marx
Manifiesto del Partido Comunista

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases. Opresores y oprimidos se enfrentaron siempre.
Burguesía: La clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de producción social, que emplean trabajo asalariado.
Proletarios: Clase de los trabajadores asalariados modernos que, privados de los medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para podes existir.
La lucha entre las clases siempre terminó con la transformación revolucionaria de toda la sociedad. La época de la burguesía se caracteriza por haber simplificado las relaciones de clase en dos grandes clases: la burguesía y el proletariado.
El origen de la burguesía se da con la descomposición de la sociedad feudal al no poder satisfacer la demanda de los nuevos mercados (descubrimiento de América, India, China, colonización). El vapor y la maquinaria revolucionaron en la producción industrial y a la manufactura. Cada etapa de la evolución burguesa se ve acompañada por el éxito político.
El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.
¡La burguesía ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad humana un simple valor de cambio! ¡Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y bien adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio!
La burguesía sólo puede existir a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de reproducción, por tanto, las relaciones de producción y, con ello, todas las relaciones sociales.
La burguesía necesita recorre el mundo entero para dar salida a sus mercancías. El carácter de la producción es cosmopolita. Se necesita materia prima de lugares cada vez más alejados. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan cada vez más difciles.
La burguesía se forja un mundo a su imagen y semejanza al obligar a todas las naciones a adoptar el modo burgués de producción. Ha sometido al campo al dominio de la ciudad. Al aglomerar a la población en las grandes urbes y centralizado los modos de producción en unas pocas manos, ha centralizado la política.
El modo de producción feudal fue sustituido por una constitución social y política adecuada a la libre concurrencia, con la dominación económica y política de la clase burguesa. [Cuánta verdad, carajo] Desde hace unas décadas la historia de la industria y el comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción.
El sistema burgués se ve amenazado por las crisis comerciales periódicas. La crisis de la superproducción. La burguesía necesita deshacerse de ese exceso de producción, así que prepara a) la destrucción de una masa de fuerzas productivas y b) conquista de nuevos mercados. ¿De qué modo? Preparando crisis más extensas y más violentas y disminuyendo los medios para prevenirlas.
“La burguesía no ha forjado solamente las armas que debe darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios”. Los proletarios se desarrollan al mismo ritmo que la burguesía, ellos no tienen más que ofrecer que su trabajo. Este último sólo es requerido cuando produce acumulación de capital. Los obreros son mercancía, susceptibles a cualquier relación de mercado. El precio del trabajo es igual al coste de producción. Cuanto más fastidioso el trabajo, más bajos son los salarios, el obrero es sólo un apéndice de la máquina.
Los obreros son esclavos del burgués, de la máquina y del capataz. Cuanto menos habilidad y fuerza requiere el trabajo, más mujeres y niños ofrecen su mano de obra: no hay más que instrumentos de trabajo, cuyo coste varía según edad y sexo.
La burguesía, en constante lucha contra otra burguesías, arrastra al proletariado a sus luchas políticas y le da las armas de su propia destrucción: la educación. De toda las clases, la verdaderamente revolucionaria es el proletariado.
El movimiento proletario es el movimiento independiente de la inmensa mayoría en provecho de la inmensa mayoría.

2. Proletarios y Comunistas

En este capítulo don Marx se pregunta: ¿Qué relación existe entre los comunistas y los proletarios?

Los comunistas son el sector más decidido de los partidos de obreros, que no distinguen nacionalidad, defiende al proletario en su forma más general. En teoría, comprenden las condiciones, la marcha y los resultados generales del movimiento proletario antes que la restante masa del proletariado.
Su objetivo: constituir al proletariado en clase, derrocar el dominio burgués y conquistar el poder político por el proletariado. Las tesis de los comunistas no descansan en principios abstractos, sino en la historia. El rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa. Pero la propiedad privada actual es la última y más acabada expresión de la explotación de unos por otros: los comunistas buscan la abolición de la propiedad privada.
El capital es un producto social, por tanto, ponerlo en manos de una clase: la burgesa, sólo provoca la explotación del trabajo asalariado. Si se socializa la propiedad del capital, se termina la explotación porque pierde su carácter de clase.
En la sociedad burguesa, el salario sólo sirve para la reproducción de la clase trabajadora. En la sociedad comunista, el trabajo sirve para enriquecer la vida de los trabajadores. En la sociedad burguesa, el capital es independiete y personal (privado), mientras que los individuos carecen de independencia y el trabajo es impersonal. Por eso, si se acusa a los comunistas de abolir la libertad y la personalidad, efectivamente, eso se intenta. Pero de la libertad y la personalidad como la entienden los burgueses, es decir, abolir el sistema en el que sólo hay libertad y personalidad para esa clase.
En la sociedad burguesa, la propiedad privada sólo existe para un décimo de la población, para los demás, los trabajadores, la propiedad privada está abolida. Los que tabajan no ganan y los que ganan no trabajan. Efectivamente, los comunistas quieren suprimir ese estado de cosas.
La educación también debe suprimirse, porque está determinada por la clase burguesa, entonces sólo se preocupa por reproducir las condiciones. La familia también se debe suprimir, cambiar la educación familias por la social.
Con esto se elimina la explotación de los padres sobre los hijos y las condiciones de clase entre familias burguesas y proletarias. En último caso, ¿para qué sirve la familia? Sólo existe porque facilita la reproducción del capital, al constituir familias es más fácil la explotación de las partes.
¿Crear la sociedad de las mujeres? Para que negarlo, si siempre ha existido. En la sociedad burguesa la mujer sólo es un instrumento de explotación, donde los capitalistas tienen a su disposición sus mujeres y las de los proletarios si lo quieren. Mejor terminar con esa hipocresía oculta y sustituirla por una comunidad de mujeres oficial.
Abolir las nacionalidades. Los obreros no tienen patria. Los estados modernos representativos son producto de la burguesía y están al servicio de ella. Mientras la revolución obrera continúe, poco a poco se irán suprimiendo las naciones y con ello, la explotación, primero, de unos individuos por otros, y luego, de unas naciones por otras. La acción común del proletariado es una de las primeras condiciones de la emancipación.
Para lograr sus objetivos, el primer paso es la revolución obrera es elevarse como clase dominante y conquistar la democracia. Luego, quitarle todo el capital al burgués para concentrarlo en el estado, esto es, en el proletariado organizado como clase dominante, y para multiplicar las fuerzas productivas. Esto sólo puede ser posible por la vía despótica en el inicio, paro con el tiempo se transformará el modo de producción.
Cada país lo logrará en la medida de sus posibilidades, los más avanzados podrán aplicar las siguientes medidas casi sin excepción:
1. Expropiación de la propiedad de la tierra y el trabajo.
2.Impuestos fuertemente progresivos.
3. Abolición del derecho de herencia.
4. Confiscación de la propiedad de emigrantes y sediciosos.
5. Centralización del crédito, monopolio del capital y de la banca exclusivo del estado.
6. Centralización de los transportes poniéndolos en manos del estado.
7. Multiplicación de las fábricas nacionales, de los instrumentos de producción, [...] conforma a planes comunitarios.
8. Igual obligación de trabajar para todos, organización de ejércitos industriales, especialmente para la agricultura.
9. Unión de la explotación agraria y la industrial, medidas para superar las diferencias entre campo y ciudad.
10. Educación pública y gratuita de todos los niños. Eliminación del trabajo infantil en las fábricas. Unión de la educación con la producción material.

Una vez que se haga la revolución obrera y se yerga como clase dominante se terminara el poder político, porque ¿qué es el poder político sino la aglutinación del poder en una clase para dominar a otra? Con el poder difuminado en toda la clase obrera, se terminara el poder político y con ello, la explotación del hombre por el hombre.

Literatura socialista y comunista
Según Marx, existen tres tipos de falsos socialismos: el reaccionario, el conservador o burgués y el comunismo crítico o utópico. El primero a su vez se divide en socialismo feudal, socialismo pequeño-burgués y socialismo alemán o verdadero.

El socialismo feudal es el cristianismo. De este han echado mano los aristócratas para oponerse a la clase burguesa. Así parece que están del lado de los obreros paro en realidad quieren regresar a un estado de cosas anterior.
El socialismo pequeño-burgués está conformado por los campesinos que les iba bien en la época feudal. En la sociedad burguesa se iniciaron como pequeños capitalistas, pero al avanzar los monopolios y los grandes burgueses han ido perdiendo sus propiedad y se convierten en capataces o empleados del gran capital. Entonces también se alzan contra los burgueses y parencen estar de lado de los obreros, paro estos también prefieren un estado de cosas anterior y no la revolución.

El socialismo alemán o verdadero es una copia castrada del socialismo francés. Se hicieron populares por reciclar las tesis frnacesas y sintetizarlas con la filosofía alemana. Así, atacan al liberalismo, la concurrencia y la burguesía. Sin embargo, olvidaron la verdadera escencia del socialismo y configuraron su ideología como única, dónde el socialista es el alemán y la nación es la alemana.

El socialismo conservador o burgués en realidad son burgueses disfrazados. Su idea es que todos deberían ser burgueses. Quieren el capitalismo pero sin los obreros. Aborrecen la revolución, como si no supiera que la única verdadera forma de cambiar las condiciones materiales del trabajo es por esa vía. Entonces lo único que hacen es modificar su discurso y defiender que lo que hace la buerguesía es en interés de los proletariados; es decir, son filósofos burgueses... en interés de la clase obrera.
El comunismo crítico o utópico fue revolucionario cuando apareció por primera vez. Sin embargo, este nunca distinguió el desarrollo antagónico de las clases. Para Saint-Simon, Fourier u Owen no existía una lucha de clases, sino que una relación de debilidad de una parte de la sociedad. Entonces, normalmente describieron a la sociedad como un todo y no como una lucha. Por ello, no defendían el cambio social por medio de la revolución. Su teoría es indirectamente proporcional al desarrollo del movimiento obrero: confome pasa el tiempo su teoría explica menos y la revolución se hace más inminente. Los discípulos de estas teorías sólo son reaccionarios o conservadores, porque se niegan a ver lo ya evidente y se reusan a cualquier acción política.

Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. ¡Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas! ¡Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar!

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