El artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos afirma que "la soberanía dimana del pueblo y se instituye en beneficio de éste".
El principio consagrado en la Constitución es un heredero directo del tercer artículo de la Declaración del Hombre y del Ciudadano de 1789. Dicho artículo asevera que "el principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo, ningún individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella".
Parecería ser del todo lógico asumir que, al final, el poder de los partidos políticos y de los políticos emana directamente del pueblo, pero ¿y el ciudadano? Si la soberanía diamana del "pueblo", ¿el individuo debe de sacrificarse en aras de defender un bien mayor?
Una de las más famosas respuestas dadas a esta cuestión es parte de la obra de Benjamin Constant. En el primer capítulo de sus Principios de política aplicables a todos los gobiernos representativos, el autor define y limita el término de soberanía popular.
Constant debe ser entendido como una reacción a las consecuencias más negativas de la Revolución Francesa. El objetivo de Constant fue el de rescatar lo mejor de la Revolción Francesa, rechazando la violencia y el desprecio por la voluntad individual.
A grandes rasgos, sus argumentos son los siguientes:
- Soberanía popular: la supremacía de la voluntad general sobre cualquier voluntad particular.
- La ley debe ser la expresión de la voluntad de todos o la de unos cuantos. Si la fuerza se reconoce como legítima, lo será sin importar quien la posea. Si el pòder de unos pocos se supoe sansionado por el asentimiento de todos, ese poder se convierte en la voluntad general.
- Existen dos poderes. El legítimo: la voluntad general, el ilegitimo: la fuerza.
- Es a la cantidad de poder y no a sus depositarios a quien hay que acusar de querer un grado de poder demasiado alto.
- En una sociedad fundada sobre la soberanía popular, es cierto que ningún individuo y ninguna clase tiene el derecho de someter al resto. No obstante, es falso que el conjunto de la sociedad posea sobre sus miembros soberanía ilimitada.
- La totalidad de los ciudadanos es el soberano, en el sentido de que ningún individuo, ninguna fracción, ninguna asociación parcial puede arrogarse la soberanía, si no le ha sido delegada. No se sigue de ahí que la totalidad de los ciudadanos puedan disponer soberanamente de la existencia de los individuos.
- La soberanía sólo existe allí donde empieza la independencia y la existencia individual. Si la sociedad franquea esa línea, es tan culpable como el déspota cuyo único título es la espada experimentadora. El soberano sólo tiene el derecho de castigar cuando castiga a los culpables. Hace la guerra sólo cuando toda la sociedad es atacada. Tiene derecho a ser leyes, siempre que estén acordes con la justicia. El pueblo puede ceder esa autoridad a pocas o a una persona, pero el poder de éstos es tan limitado como el del pueblo que se lo ha conferido.
- Los ciudadanos poseen derechos individuales independientes de cualquier autoridad social o política, y toda autoridad que viole esos derechos se convierte en ilegítima.
- Los derechos de los ciudadanos son la libertad individual, la libertad religiosa, la libertad de opinión, el disfrute de su propiedad y la garantía contra cualquier acto arbitrario.
- Para limitar la delegación de la autoridad proveniente de la soberanía, se buscarán crear sistemas institucionales que la limiten.
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